Sabías que...

  • La palabra escriba en hebreo, so-fér, procede de una raíz que significa ‘contar’. Los primeros escritos hallados en Mesopotamia hacia el 3.300 A.C. eran registros de contabilidad.


  • En la Antigüedad los soportes para escribir eran tablillas de arcilla o enceradas, placas de hueso o marfil, tablas de madera, papiros, planchas de plomo o pieles curtidas.


  • 200 años antes de la invención de la imprenta moderna artesanos del reino de Koryo (actual Corea) crearon un juego de tipos móviles como anticipo de la imprenta.


  • Un buen copista medieval producía tres o cuatro folios por día por lo que sólo escribir un manuscrito completo podía llevar varios meses de trabajo.


  • Algunos monjes y frailes que copiaban libros no sabían leer ni escribir por lo que imitaban signos cuyo significado desconocían.


  • En la Edad Media aparece el libro en forma rectangular tal y como lo conocemos hoy en día. Son códices que sustituyen al rollo de papiro o volumen.


  • Con la llegada del papel a Europa, el pergamino se reserva solo para elaborar las ediciones de lujo.


  • El copista o amanuense utilizaba las dos manos para realizar su trabajo: con la derecha utilizaba la pluma para escribir y con la izquierda el rasorium para afilar la pluma, alisar la superficie del pergamino y corregir los errores.


  • Una marca de agua servía a los impresores para estampar su firma en el papel que utilizaban para hacer las copias.


  • Durante la Baja Edad Media, los reyes dieron poder a las universidades, dominadas por el clero, para censurar los libros. Ya desde el siglo XIII los libreros de copias manuscritas debían registrar en estos centros sus existencias.


  • Se llama incunables a los libros impresos con tipos móviles desde la aparición de la imprenta hasta el 1 de enero de 1501


  • Los tipos móviles de la imprenta son piezas metálicas realizadas a partir de una aleación de plomo, antimonio y estaño que contienen un carácter o símbolo en relieve e invertido especularmente.


  • El primer libro salido de una imprenta española fue Obres e trobes en lahor de la Verge Maria en Valencia en 1474.


  • Según la UNESCO, un libro debe tener 49 páginas o más para ser considerado como tal, desde 5 hasta 48 páginas se lo considera un folleto y entre una y cuatro, hojas sueltas.